viernes, 29 de julio de 2011

Mahoma (2)

Es importante señalar que para los musulmanes Mahoma, aun siendo el mensajero de Dios, no es más que un hombre, sin ningún carácter divino. En el Islam lo único sagrado es Dios y su palabra, el Profeta es el modelo a seguir, pero es una persona más. Su linaje se remonta a Adnan, descendiente de Ismael, el primer hijo de Abraham, por lo que es innegable que proviene de la misma familia que los grandes profetas judeo-cristianos.
También es verdad que las fuentes que nos hablan de su vida y su persona son documentos no científicos, textos religiosos que fueron puestos por escrito después de haber sido transmitidos de forma oral durante mucho tiempo. Los investigadores siempre han sabido que en los primeros años del Islam estos documentos pudieron haber sufrido alteraciones a causa de su oralidad, e incluso manipulaciones por parte de los diferentes grupos de musulmanes.
Sin embargo, lo importante no es tener la certeza de cómo fueron las cosas, sino saber la imagen que los musulmanes tienen del Profeta y cómo entienden ellos su papel. E indudablemente Mahoma es descrito como un ejemplo de hombre lleno de virtudes, que intentó mitigar los abusos en cuanto a la mujer, los esclavos y los pobres: un musulmán en toda regla.
En cuanto a las mujeres del Profeta debemos explicar algo para que sea bien comprendido. Durante la vida de Jadiya no existió otra mujer para él. En esos veinticinco años ella le dio seis hijos, dos niños y cuatro niñas, pero la única que sobrevivió y le dio descendencia fue Fátima. Tras la muerte de Jadiya Mahoma se casó con unas once mujeres, pero hay que subrayar que siempre lo hacía por motivos políticos, puesto que en aquel tiempo (igual que hasta mucho tiempo después en Occidente) los acuerdos y coaliciones se sellaban con matrimonios.
Y es que no podemos olvidar que Mahoma además de fundar una religión, creó y organizó un Estado. Este hecho también es significativo, ya que a partir de entonces en la Península arábiga ya no serían importantes los lazos tribales, sino la pertenencia a una comunidad cuyo único e indispensable rasgo en común era la fe en Dios.
Por todo esto el Profeta merece un total respeto, pues fue capaz de aunar religión, política y justicia de la mejor manera posible. Y no tengo duda de que si sus sucesores hubieran sabido hacerlo de la misma forma, el mundo hoy sería un lugar mucho mejor.
El Islam que preconizaba Mahoma es una forma de vida completa, donde los temas religiosos, políticos y sociales se entremezclan, pues hay que tener presente a Dios en todos los ámbitos de la vida, no sólo durante los pocos minutos que dediquemos a rezar. Si pensásemos en Dios cada vez que hacemos algo seríamos más justos con los demás y el mundo sería un lugar más agradable.

viernes, 22 de abril de 2011

Mahoma

Para saber cómo fue la vida del último profeta del Islam tenemos que buscar información en las fuentes árabes, gracias a las cuales conocemos cómo vivió Mahoma y cómo nació el Islam. Estas fuentes son el Corán, los hadices y la biografía escrita por Ibn Ishaq en el s. VIII.
Mahoma nació aproximadamente en el año 570 d. C. en la ciudad de Meca. Siendo todavía un niño quedó huérfano y fue a vivir con su abuelo, pero pronto éste también murió y entonces del pequeño se ocupó su tío Abu Talib.
Abu Talib era comerciante de caravanas por lo que Mahoma se educó en el desierto y aprendió los valores de las tribus beduinas: la generosidad, el respeto, la unidad… fue instruido además en las armas, pues vivió en una época donde las luchas por agua eran habituales, pero además cultivó el arte de hablar, ya que eran muy populares los poetas, que transmitían las historias de las tribus oralmente.
Aprendió asimismo el oficio de comerciante, gracias al cual conoció a Jadiya, una mujer viuda, rica y mayor que él. Ella le ofreció un trabajo en su caravana, y poco después surgió el amor y se casaron. La figura de Jadiya es de gran importancia, pues que Mahoma se enamorase de una mujer que ya había estado casada y que era dueña de una caravana deja entrever la postura del Profeta en cuanto a la situación de las mujeres. A Mahoma le gustó una mujer decidida, con poder, trabajadora, fuerte y autosuficiente. Una mujer con más experiencia que él, que sin duda le enseñó mucho sobre la vida. Una mujer a la que respetó siempre y que fue su mejor compañera.
No hay duda de que los viajes realizados por Mahoma en la caravana le llevaron a conocer las ideas y culturas de otros territorios. Ideas fundamentales, como la del monoteísmo, que nació en el Creciente Fértil y que sin duda daba de qué hablar.
Mahoma era un hombre profundo, al que le gustaba pensar en los por qué de la vida. Solía retirarse a meditar y así fue como un día, recogido en una cueva, recibió la visita del ángel Gabriel, el enviado de Dios. Y el mensaje básico que se le reveló es que sólo hay un Dios y que todos somos iguales para Él.
El Profeta corrió a contárselo a su familia, Jadiya y Abu Talib, quienes conociendo la seriedad y el razocinio de Mahoma, no dudaron en convertirse en los primeros musulmanes de la Historia, y lo ayudaron en su labor de transmitir el Islam. Durante toda su vida Mahoma continuó recibiendo revelaciones de Dios, las cuales serían puestas por escrito mucho tiempo después de su muerte, conformando el Corán que hoy conocemos.
Tuvo que huir en el año 622, perseguido por aquellos que veían peligrar su poder a causa del Islam. Se fue a Yathrib, que desde entonces sería conocida como la Ciudad del Profeta: Medina. Sin embargo nunca desistió de la idea de volver a Meca, pues allí estaba la casa de Dios, el santuario de la Kaaba. Por aquel entonces la Kaaba estaba llena de piedras que simbolizaban los ídolos de los politeístas, y Mahoma no podía permitirlo.
Una y otra vez el Profeta y su grupo de musulmanes lucharon contra los mequíes, pero eran pocos hombres y no conseguían llegar a la ciudad. Sin embargo, en el año 624 tuvo lugar la Batalla de Badr, en la cual derrotaron a un numeroso ejército lo que sorprendió a todo el mundo. Un reducido número de musulmanes sólo podía salir victorioso de una batalla así con la ayuda de Dios, por lo que una gran cantidad de personas se convirtieron al Islam, convencidas de que Mahoma realmente contaba con el apoyo de Dios.
En el año 630, la creciente umma consiguió entrar en la ciudad de Meca. Mahoma se dirigió a la Kaaba y destruyó todos los ídolos de los paganos, dejando solamente dentro la Piedra Negra.
Dos años más tarde murió el Profeta. Fue enterrado de manera humilde, pues nadie debe venerar su tumba como si de un dios se tratase. El Islam ya era imparable y siguió extendiéndose por la faz de la tierra.

martes, 4 de enero de 2011

El Islam

El Islam es una religión monoteísta que nació en el siglo VII en la Península arábiga, en una ciudad llamada Meca. Surgió como una revelación de Dios al profeta Mahoma, un árabe dedicado al comercio caravanero que acostumbraba a meditar en la soledad de una cueva.
Mahoma recibió así mensajes del ángel Gabriel, que le transmitía las palabras de Dios, es decir, el Corán.
Los primeros mensajes expresaban la idea básica de la nueva religión: sólo hay un Dios y por lo tanto sólo hay un pueblo. Esta afirmación tan importante supuso una verdadera revolución dentro de la sociedad mequí, puesto que al admitir que hay un único Dios para todo el mundo estamos aceptando que todos somos iguales para Él, por lo tanto ya no hay discriminación entre pobres y ricos, mujeres y hombres, ancianos y niños. Lógicamente esta nueva idea gustó mucho a los más desfavorecidos, que empezaron a seguir a Mahoma en cuanto éste comenzó a predicar su mensaje.
Así nace el Islam, una religión que busca la igualdad, la justicia y la paz, y que por este motivo ya desde el principio fue perseguida por los poderosos que temían perder su posición.
Estas persecuciones obligaron a Mahoma, en el año 622, a marcharse a la ciudad de Yathrib, que pronto sería conocida como “la ciudad del Profeta” (Medina). Este hecho se conoce como la Hégira.
En esta ciudad la recién creada comunidad de musulmanes, la umma, seguía aumentando y pronto Mahoma tuvo que convertirse no sólo en un líder religioso, sino también político, pues debía organizar su creciente comunidad.
Cuando el número de musulmanes fue lo suficientemente alto como para enfrentarse al ejército de los poderosos mequíes, tuvieron lugar varias batallas y finalmente la umma conquistó Meca.
El Islam siguió extendiéndose rápidamente, traspasando todas las fronteras. Muchas veces se hizo mediante batallas y otras tantas pacíficamente, pero lo cierto es que hoy en día el Islam ha llegado a todos los rincones de la tierra y podemos encontrar musulmanes en cualquier lugar. Lo que ahora necesitamos es entender el sentido de esta religión, que tan rápidamente se extiende, y entender la mala interpretación que muchos hacen de ella, sólo así conoceremos a nuestros vecinos y conseguiremos convivir con ellos en paz.